Jornadas de Recuperación de la Memoria Historica
Homenaje a los Jubiles
Del 3 al 5 de junio pasados, se celebraron en Bujalance y Montoro las Primeras Jornadas sobre la Guerrilla Antifascista en Córdoba, Homenaje a los Jubiles, en las que la CNT participó junto a otros colectivos, personas a título individual y los ayuntamientos de esas dos localidades.
Cómo surgieron
Todo empezó allá por febrero, cuando tuvimos conocimiento de que José Salazar "El Quincallero", que fue integrante del grupo guerrillero de Los Jubiles seguía vivo. Para nosotros fue una sorpresa, ya que pensábamos que todos los que formaron parte del grupo habían sido asesinados en el cortijo de Mojapiés, en 1944. Supimos que José Moreno quería, desde hacía mucho tiempo, hacer un homenaje a sus compañeros en ese lugar, el lagar de Mojapiés, en el término de Montoro. José quería colocar una placa en el cortijo, en la que aparecieran los nombres de los miembros del grupo. Desde el primer momento, nos interesó mucho y decidimos en asamblea del sindicato lanzarnos adelante con ese proyecto. Primero porque queríamos conocer a José y que nos contara su experiencia y también porque nos parecía importante ayudarle a llevar adelante su idea de mantener viva la historia de los hombres y mujeres que dieron su vida en la lucha contra el franquismo. Una lucha que primero la dictadura y después con otros métodos, la democracia, han intentado mantener en el olvido. Y porque hace falta recordar, saber porqué vivieron y porque murieron los que defendían una forma de vida basada en la libertad, la justicia y la solidaridad, al margen del poder y de los poderosos. Como anarcosindicalistas, creemos que es nuestro deber contribuir en lo que podamos a que los que ahora tenemos la posibilidad de retomar la pelea contra cualquier forma de opresión y contra las múltiples formas del moderno fascismo, lo hagamos.
Para llegar hasta José, nos pusimos en contacto con Marisa Zorro, compañera de Madrid que desarrolla un importante trabajo de recuperación de la memoria basado en la realización de entrevistas a los guerrilleros que aún viven. Desde el primer momento, la colaboración fue fluida y junto a su compañero Manolo Galán, comenzamos a poner en marcha el proyecto. Luego conocimos a José y a su familia, y empezó a transmitirnos retazos de su historia. Él nos animó, con su forma de entender el pasado y también el presente, a seguir adelante. José quiso que en el homenaje participara también AGE (Archivo Guerra y Exilio), por lo que tomamos contacto con ellos y se comenzó a trabajar en común. AGE propuso traer a los guerrilleros de la asociación para que estuvieran presentes en el homenaje, que ya era no sólo a los Jubiles, sino también para José Moreno, que vería culminada su aspiración.
La primitiva idea de poner una placa en el cortijo Mojapiés fue aumentando de envergadura y se pensó en realizar unas jornadas y en colocar de una placa en el pueblo de Bujalance. Para ello, contactamos con su Ayuntamiento que si bien consideraba positiva la realización de unas jornadas, no veía oportuno la colocación de ninguna placa o nombre de calle en el pueblo que recordara a Los Jubiles. Surgió también la idea de realizar una exposición sobre la guerra civil y la guerrilla que llevaría adelante el compañero Nacho Muñiz, del Museo de Almedinilla y de la CNT, que había estado desde el principio participando en la organización. Posteriormente, se nos ocurrió incluir a Montoro también en la realización de las jornadas, ya que Mojapiés pertenece a este termino municipal, y a Montoro es donde fueron llevados los Jubiles cuando los mataron. Descubrimos en ese pueblo una viva memoria entre la gente de estos guerrilleros y un franco interés por la recuperación de su historia. El Ayuntamiento de Montoro, como el de Bujalance, se mostró receptivo a colaborar en las Jornadas pero tampoco veía viable colocar en el pueblo ningún recuerdo de los Jubiles. Por ello, retomamos la idea original de la placa en Mojapiés, y siendo ambiciosos, encargamos a un escultor de Fernán Núñez, Juan Vicente Polo, que nos hiciera el diseño de un monolito. Nosotros mismos lo fabricaríamos en hormigón en la finca Mojapiés.
A partir de ahí, entre todos comenzamos a preparar las jornadas con la idea de aprender de los guerrilleros, de los compañeros mayores y de todas las personas que tienen relación o recuerdos de los Jubiles y de su vida. No se pretendía sentar cátedra, ni abordar sesudos estudios historiográficos, sino compartir experiencias y pareceres, que salieran a flote las cosas que no han podido decirse durante tantos años.
Los de aquí de Córdoba empezamos a quebrarnos la cabeza para construir -sin tener ni idea de cómo hacerlo- la Estela de los Jubiles, una "cosa" de más de siete toneladas de hormigón en medio del campo, a más de cincuenta kilómetros de Córdoba y en poco más de un mes de plazo. Finalmente lo conseguimos, en muy buena parte por la gran disposición que nos encontramos en todas las personas que colaboraron, unas de CNT y otras no, pero que coincidíamos, cada uno a su manera y con su propia experiencia, en la importancia de recordar a los Jubiles.